Exposición «Orígenes de Chipiona» por el escultor David Blanco

Los orígenes de Chipiona interpretados a través de las obras del escultor David Blanco.

En la sala de Exposiciones de la Asociación Cultural Caepionis, situada en el Castillo, se exhiben las esculturas que simbolizan, entre otras cosas, los orígenes de su localidad natal.

David Blanco ha sido pintor y escultor desde hace mucho tiempo, incluso desde antes de saber que iba a dedicarse a la escultura, si bien compaginándola con sus otros trabajos en el Ayuntamiento de Chipiona.

Natural de esta franja privilegiada de esta orilla oriental del Atlántico, David Blanco comenzó a pintar desde pequeño, alentado por su padre, que ya veía en él las cualidades innatas que tenía. Algo más tarde y ya en el colegio, comprobó cómo destacaba en las asignaturas dedicadas al dibujo y el modelado, asignaturas en las que sacaba sobresaliente.

Aunque no esté expuesto, sino in situ, es uno de los monumentos de David Blanco. Este, dedicado al genial guitarrista Manolo Sanlúcar (y que lamentablemente el vandalismo ha eliminado la guitarra).

Un buen día, casi por casualidad y según nos refiere él mismo, después de una lluvia intensa que dejó la calle por la que pasaba llena de barro, modeló el retrato de uno de sus compañeros, de manera que su parecido era perfecto, coincidía con las expresiones de su rostro.

En ese momento supo que antes o después se dedicaría a este arte ancestral que él trata de muchas maneras, combinándolo a veces con la pintura y otras en obras exentas, sean relieves, figuras de bulto, monumentos, etc.

La exposición, que trae ahora al Castillo, se la dedica a los orígenes de esta localidad, a los primeros viajeros y pobladores que se fueron asentando en esta franja del Sur, comenzando por la representación simbólica del “Mundo Fenicio”.

También a los moriscos, árabes, bereberes o tuaregs, a los hombres que vinieron del desierto, de las montañas y costas del continente vecino y que dejaron su impronta en los modos de vida, enseres, útiles domésticos, … al igual que todas las culturas que han venido después.

Antes de “atreverse” a mostrar su obra reunida de manera temática ante el público, curiosamente David Blanco había experimentado con el monumentalismo, esa faceta de arte público y para ser visto en exteriores, que le fue enseñando nuevas facetas y hallazgos para incorporarlas a sus otras obras de diferente escala, estilo, proporciones, … Porque se hace necesario advertir, desde ahora, que él ha sido su propio maestro, y sus obras, su propia guía, si bien inspirándose en las formas clásicas, en el realismo o simbolismo que estas, actuales, representan.

Ejemplo de ello pueden ser el dedicado a “El Marisqueo”, a “Paco Guisado”, el pedestal del dedicado a la Virgen de Regla, o al genial guitarrista “Manolo Sanlúcar”, quien pudo verlo antes de dejarnos para siempre toda su obra inmortal. Retrato sedente situado cerca del Faro, las Canteras, Villa Blanca, la línea que une el casco antiguo con las playas, el Santuario, siguiendo las ondulaciones caprichosas de la Naturaleza, otra de sus grandes “influencias”

Obras civiles, religiosas, de torso, de cuerpo entero y retratísticas como la dedicada a la también inmortal Rocío Jurado, emergiendo descalza de un jardín de flores, uno de los elementos que le agrada incorporar.

Obras realizadas, salvo esta última, en este 2023, después de superar una grave enfermedad y de convivir con el dolor agudo de la columna vertebral. Pero David Blanco, además de todo lo dicho, tiene la suerte de tener a su ángel al lado, a la mujer que le acompaña desde su juventud, la madre de sus 7 hijos y “de momento” la abuela de sus 3 nietos, y que no es otra que Toñi López Junquero, “alma máter” que sin su apoyo, según las palabras del autor, y sin el de sus amigos como es el domador de caballos, coreógrafo y poeta Ángel Muñoz y tantísimos otros que tiene, no hubiera logrado modelar, vaciar, esculpir, tallar, … También porque sabe, que el Arte –como la familia y los amigos- es uno de los grandes regalos de la vida, y en su caso también, de la profunda fe que le acompaña.

Fuente: El Correo de Andalucía